8 DE MARZO · DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
“LA OTRA MITAD DE LA CIENCIA”  ·  “MUJERES EN LA CIENCIA”

El Museo de Ciencias reúne para el Día de la Mujer de 2018, dos exhibiciones destacando la importancia de la mujer en el marco de las Ciencias.

“La Otra Mitad de la Ciencia” es una exposición realizada en el 2003 en Madrid por el Instituto de la Mujer, con motivo de la IIIª Semana de la Ciencia, reconociendo la autoría y la autoridad de diversas mujeres a través de sus aportaciones a la ciencia y a la técnica. Como ya dijo Emilia Pardo Bazán: “(…) La mujer tiene destino propio, (…) sus primeros deberes naturales son para consigo misma, no relativos y dependientes de la entidad moral de la familia que en su día podrá constituir o no constituir, (…) su felicidad y dignidad personal tienen que ser el fin esencial de la cultura”. Con estas palabras iniciamos la reivindicación de un lugar, el de la ciencia y la tecnología, como espacios que también son femeninos.

Desde los comienzos de la humanidad…

“Nuestras primeras antepasadas aprendieron a preparar barro y hornear cerámica, y descubrieron la química de los esmaltes. Con el tiempo, los hornos de alfarería de las primeras ceramistas llegaron a convertirse en las forjas de la Edad de Hierro. Para la época de Cro-Magnon, las mujeres ya fabricaban joyería y mezclaban cosméticos, fue el origen de la ciencia química. Las mujeres siempre han sido curanderas, cirujanas y parteras. Como recolectoras descubrieron las propiedades medicinales de las plantas y aprendieron a secar, almacenar y mezclar las sustancias vegetales. Gracias a la experimentación y a la observación cuidadosa descubrieron cuáles yerbas eran un tratamiento efectivo para diferentes enfermedades. Se puede afirmar que hubo pocos adelantos en la ciencia médica desde la botánica prehistórica que experimentaban con yerbas y raíces, hasta el descubrimiento de las sulfas y los antibióticos en el siglo XX.” (Margaret Alic).

Y aun en el siglo XX…

Vandana Shiva, física, filosofa y feminista india establece: “En la mayoría de las culturas, las mujeres han sido las guardianas de la biodiversidad. Ellas producen, reproducen, consumen y conservan la biodiversidad en la práctica de la agricultura. Sin embargo, al igual que todos los demás aspectos de su trabajo y su saber, la contribución de las mujeres al desarrollo y la conservación de la biodiversidad se ha presentado como un no-trabajo y no conocimiento. Sus trabajos y sus conocimientos expertos se han definido como parte de la naturaleza, a pesar de que están basados en prácticas culturales y científicas complejas.”

Surge la problemática ecológica y medioambiental…

…y a la concepción moderna de la ciencia (mecanicista y masculina), caracterizada por una pura voluntad de dominio sobre la naturaleza y por un acercamiento que no tiene en cuenta unos límites que, ni si quiera en la investigación científica y tecnológica, pueden ser traspasados, el eco feminismo y la crítica feminista de la ciencia contraponen una versión diferente, que se relaciona con el pensamiento antiguo y con la tradición: la de la Tierra que genera y es madre, símbolo femenino del equilibrio de lo que está vivo, símbolo de la vida misma.

“Mujeres en la Ciencia” es una exhibición que realizara en 2017 el Museo de Ciencias en las instalaciones del Museo de Arte de Bahía Blanca, en el marco de la muestra por los Derechos Humanos, reflejando el derecho de las mujeres a investigar y a difundir el resultado de sus investigaciones.

UN MAL EJEMPLO

Marie Winckermlmann- Kirch (1670- 1720) – Alemania. Entre otros hallazgos en 1702 descubre el “cometa 1702”, que es atribuido a su marido. Ocho años después él corrige el informe subsanando “el error”. Nunca reconocieron oficialmente su cargo de astrónomo asistente en la Academia de las Ciencias de Berlín por miedo a “establecer el mal ejemplo de contratar una mujer”.

UNA BRUJA EN EL CIELO

Nicole Reine Lepaute (1723-1788) – Francia. En 1762 calculó la hora exacta de un eclipse solar que ocurriría en Francia dos años después. Por este hecho podría haber sido considerada una bruja. Entre sus exitosos cálculos predijo que el cometa Halley llegaría el 13 de abril de 1759, y arribó sólo un mes antes de su estimación.

LA VENDEDORA DE FÓSILES

Mary Anning (1749-1847) – Inglaterra. De pequeña realizó descubrimientos revolucionarios que siempre fueron atribuidos a sus compradores, entre ellos, el primer Ictiosauro (a los 12 años) y el Plesiosauro (22 años). Sus hallazgos y conocimientos no alcanzaron para ingresar a la Academia de Geología de Londres, que no admitió mujeres hasta 1904.

UN “MÉDICO” EJEMPLAR

Angódice (s.IV aC) – Antigua Grecia. Angódice se vistió de hombre para estudiar ginecología. Su éxito profesional era tal que no dudaron en “acusarlo” de haber violado a algunas de sus pacientes. Demostró su inocencia desnudándose ante el tribunal, pero terminó condenada por un delito peor: ejercer la medicina siendo mujer. Ante esta injusticia las mujeres (en especial las esposas de los Senadores) se rebelaron para salvarla, logrando la modificación de las leyes.

La NN del ADN

Rosalind Franklin (1920-1958) – Inglaterra. Su trabajo minucioso permitió fotografiar por primera vez la molécula de ADN, que fue esencial para clarificar su estructura de doble hélice. Pocos saben de sus méritos: fue “traicionada” por sus compañeros de investigación, quienes gracias a este descubrimiento recibieron un Premio Nobel.

Esta es sólo una pequeña muestra de la cantidad de mujeres que dedicaron sus vidas a la ciencia. Y que fueron vedadas, no reconocidas, opacadas, coartados sus derechos, en ésta, su pasión por la investigación y por dar a conocer los resultados de su labor. Y sólo por el simple hecho de ser MUJERES. Es a esas mujeres y a las otras, las que vendrán, a las que el Museo de Ciencias quiere rendir homenaje por siempre.